Autor: Israel Díaz Rodríguez
Un pariente que vive en el exterior a pesar de haberse ido del país hace muchísimos años, no deja de recordar y auxiliar a muchas de las personas o hijos de aquellos servidores que trabajaron con él cuando tenía acá sus negocios.
Cada vez que se entera del malestar económico de esas personas, con alguna suma de dinero trata de aliviárselos, no son grandes sumas sus aportes pero de algo le sirven a quienes las reciben, y lo mejor del caso es que lo hace sin la menor intención que le devuelvan nada a cambio, inclusive para evitarse retribuciones, mantiene en el mayor de los secretos el número de su teléfono, el nombre de la ciudad donde reside y su dirección.
Pues recientemente se enteró que el chofer que le trabajó por algún tiempo había muerto, de inmediato averiguó por la dirección y teléfono de la viuda, pero esta por tener algunos problemas de salud, al haber sufrido una trombosis cerebral la cual le ha dejado casi imposibilitada para caminar, prefirió darle poder a su nuera.
Aquí fue donde se formó el problema pues el benefactor considerando que era mucho más fácil que dicha persona cobrara rápidamente el envío, al recibir el nombre de la nuera, puso el giro con el primer nombre de esta – que entre otras cosas no era nada castizo y por lo tanto difícil, la destinataria al ir a la oficina donde debía reclamar el giro, rotundamente se lo negaron con el argumento de que en su documento figuraban dos nombres, a cual mas raro por cierto, y que en el giro solo figuraba uno, por tal motivo no le podían entregar el dinero, además le dijeron que esos nombres que ella tenía no eran de personas, que mas bien se los cambiara.
La joven apenada y murmurando contra sus padres por haberle puesto dichos nombres, seguidamente se fue a la notaría más cercana para que le hicieran el cambio, el notario entre serio y burlón, le preguntó y quién “demonios” le puso a usted esos nombres, la joven le dijo: “fue que mi mamá el día que yo nací, estaba viendo televisión y en eso pasaron una propaganda donde había una morena muy bonita anunciando la marca de una miel seguidamente le dijo a mi papá, la niña la vamos a bautizar mañana pero yo quiero que le pongamos los nombres que tenía la morena de la propaganda”.
Y cuáles son esos nombres – preguntó mi papá – prosiguió la joven ante el notario que embelesado oyendo el relato de la joven, dejó de atender a otros clientes por seguir escuchando a la joven quien le dijo que ella se llamaba AUNT-JEMIMA, el nombre que quería le cambiaran por el sonoro y hermoso de: VALENTINA ISABEL. Señor Notario la que me acompaña es mi hermana -somos gemelas - el nombre de ella es: LITE SYRUP, que también estaba en el mismo frasco de miel.
Valentina Isabel ya con su nombre cambiado y registrado en la notaria , se comunicó con el caballero que le había mandado el dinero, no sin antes explicarle todo cuanto le había sucedido a lo cual aquel le contestó: “bueno está bien te haré la nueva remesa VALENTINA ISABEL, pero recuerda siempre la influencia que tienen los nombres”.