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El Gran Pijuan

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Autor: Evaristo Camargo Rodas

“En el mundo no hay ninguno que a mi pueda encaramarme…”

El Pijuan - Pickup y artistaEl pick-up EL GRAN PIJUAN es un símbolo de Barranquilla, de la cultura barranquillera… Esa que permanece incólume, invicta por encima de las alevosías e invectivas malévolas de la envidia, inquina y odio de la sanguaza costeña, dizque “Caribe”, que la ha invadido desde el Cesar hasta Córdoba, Bolívar, Sucre, Magdalena y Guajira.

El gran Pijuán” se erigió en ídolo, icono de los barranquilleros merced a sus gloriosas jornadas musicales de salsa (principalmente) adobada magistralmente con esplendorosos temas africanos que se convirtieron en hitos que, como no, todavía suenan y resuenan gracias a la imbatible memoria y fidelidad del barranquillero hacia la música!

Hacia la salsa: Pijuán es sinónimo de Saalsa!

Afiche del Carnaval de las Artes, Barranquilla, 2015Del más emotivo sabor antillano. De ahí que sea eso que se conoce como fenómeno de culto. Como igual lo ha sido el celebérrimo e inmortal pick-up “EL COREANO”. Ellos, el Pijuán y el Coreano por la gracia de sus jornadas salseras memorables hicieron y marcaron la historia musical de la ciudad que le merecieron el título de capital de salsa en Colombia que resignó mucho después ante nuestros hermanos caleños, ante la hermana ciudad de Cali.

El hermoso, vibrante e imperecedero himno de los duelos picoteros quedo indeleble para la posteridad en la voz y sabor de ese gran salsero caleño y enorme sonero Piper Pimienta Díaz a quien su ciudad le estreno un bello monumento estatuario rebosante de vibración caribe en la feria de Cali que acaba de determinar. Congratulaciones a nuestros hermanos caleños y a la hermosa ciudad de Cali!.

Rafael Bacci, además connotado investigador, profundo conocedor comprometido con la cultura musical antillana, con énfasis en la salsa, lo que le convierte en reconocida autoridad en la materiaConsciente de todo esto y porque lo vivió, disfrutó y gozó el intelectual Rafael Bacci, además connotado investigador, profundo conocedor comprometido con la cultura musical antillana, con énfasis en la salsa, lo que le convierte en reconocida autoridad en la materia, respetado y consultado por fundadores, directores, managers y artistas del ámbito musical salsero, del jazz y del latín jazz… ha tenido la feliz y maravillosa iniciativa de colocar al Pijuán, a sus héroes Chicho Eljach–Pijuán-, Gabriel Llerena Pastrana y José Juan Piñeros (Pijuán), en el foco de primer plano de una estancia superior, excepcional como lo es El Carnaval Internacional De Las Artes que en buena hora se craneara el también intelectual de altos quilates Heriberto Fiorillo.

El Pijuán, sus héroes, la cultura barranquillera por ellos representados se merece por derecho propio ese y otros reconocimientos. ¡Buena esa! Por el Rafa y el Heri.

El Pijuán engalanará de salsa al Amira de la Rosa el sábado 31 de Enero a las 6.00 pm, Dios y la deidades del panteón Yonuba-Lucumi, mediante así sea Shangó. Los encontrazos Pijuán-Coreano fueron de antología. Su emulación por la mas elevadísima calidad salsera en su programación lo convirtieron en el top de la predilección popular barranquillera y ahí les va esta memorable jornada Pijuán-Coreano…

En los momentos previos, en un encuentro de Disc-jockeys, el público se impacientaba y entonces Gabriel Llerena Pastrana del Pijuán dice sin tapujos…

— “pero si aquí están los del Coreano… hagamos un pique...”

Para que fue eso, y ahí mismo comenzó el duelo. El público azuzo, le echó gasolina a la candela y para qué fue eso. Los héroes del Coreano, del inmortal Coreano, ni cortos ni perezosos ripostaron enseguida (ya el duelo estaba cazado) “… Como ellos –los del Pijuán- fueron los que retaron entonces que ellos empiecen…” Eso! Siii Bravo.

Fue la animación del público presente. Entonces Chicho Pijuán y Pastrana se dirigieron a la consola a la discoteca en medio de la ansiosa espera del respetable que ya se frotaba las manos ante el mega banquete salsero que se avecinaba. Y el Pijuán soltó una mega bomba, un misil de profundidad, un cohete interestelar…! “En un camino de polvo… una pareja…” Descarga Caliente de Rubén Blades con la orquesta de Pete Rodriguez.

A medida que este súper temazo avanzaba los Coreaneros empalidecimos, el silencio reinó a la vez que todos rememoraban inolvidables momentos, que Descarga Caliente les revivió. En verdad el Pijuán se la puso supremamente difícil, casi inigualable al Coreano.

Poster Salsa CityEs que ese es uno de los más aquilatados mega hits en la historia salsera de Barranquilla y allí en ese momento el gran Pijuán se lo explotó al Coreano. La letra debidamente situada en el contexto histórico significaba que Chicho Eljach-Pijuán- y Pastrana les endilgaban al Coreano “pero va a llegar la hora de saberse la verdad” y “entonces comprenderás (los del Coreano) los pesos de tus errores” y los aconsejaban como “perfumar su ambiente” y lo remataban “que de la tierra saliste y al final a ella vuelves, eehh, eehh!”. O sea los enviaban bajo tierra, a la sepultura.

A estas alturas las expectativas con el Coreano por nosotros sus partidarios y seguidores era insoportable. Los del Coreano plenamente notificados de la inmensa envergadura de la altura salsera planteada por “El gran Pijuán” no esperaron a que el tema terminara sino que cuando apenas iba un poco más allá de la mitad, se pusieron de pie cobijados por las silenciosas miradas de la concurrencia dichosa de lo que estaba viviendo y resueltos se encaminaron a la discoteca.

Es que la híper bomba Descarga Caliente sonaba triunfalmente en los momentos más álgidos y caldeados de las verbenas, de los bailes, los bares y estaderos salseros de aquella Barranquilla que fue capital de la salsa en Colombia.

Aquí cabe anotar -como se verá- que tanto los del Pijuán, como los del Coreano tienen además un innato y admirable sentido de lo teatral para potenciar aún mas sus performances, sus programaciones.

Vimos entonces a Cesar Hernández (q. e. p. d.) y a Dagoberto Hernández sacar Lp’s mirar la contraportada y volverlos a meter para sacar otro Lp examinarlo y regresarlo a su sitio, todo eso trajo confianza a sus seguidores… allí estaba El Coreano sin haber puesto siquiera el disco dando la batalla.

Lp tras Lp pasaron por la atenta y vigilante mirada escrutadora y sapientísima, conocedora del Coreano hasta que por fin se quedaron con un Lp. A estas alturas la expectativa y la atención eran desmesuradas. El Coreano esperó, Lp en mano a que concluyera la inmensa embestida del Pijuán… y les respondieron ¡Vaya contestación!.

“Zapatico zapatico, vara, vara, varaaa” los del Pijuán no son para nosotros los del Coreano ni siquiera un zapato sino tan solo un zapatico y eso apenas comenzando el disco, “agachado en una esquina…” del gran Joe Quijano.

El Coreano le ripostó al Pijuán agachándolos en una esquina y cuestionándoles poniéndolos en duda con música ¡con salsa! que” oye Cachana que banda tiene usted Cachana que banda tiene usted”, o sea que banda tiene el Pijuán y hay no para la contundente respuesta.” Y vamo a ve, y vamo a vee” o sea un momento, vamos a aclarar las cosas. Conmigo, con el Coreano, ya lo dice Joe Quijano la cosa es “que rico, que rico vea usted”.

En este momento el ambiente ya era otro se respiraba salsa de la más depurada gracias a El Pijuán y El Coreano. El público vibraba emocionado. Pero, como siempre el Coreano nos tenía una sorpresa, un as reservado. Y aquí viene lo ya dicho de lo teatral.

En ningún momento Cesar Hernández y Dagoberto Hernández, del en ese momento más glorioso que nunca Coreano abandonaron la cabina, la consola. Allí permanecieron y su remate, su estocada final fue como lo mandan los dioses de la salsa de Ochún a Obatatá, Odumare (Odumaré, Odumaré canto a Shangó, puertorro en el corazón oye mi canto soneaba para la posteridad el gran Lalo Rodriguez): Cuando Joe Quijano despide su grandiosa performance cantando, soneando… “para para pim pim… démosle un fuerte aplauso a los muchachos…” entonces y solo entonces César y Dagoberto del inmortal Coreano descienden los escalones de la cabina en medio de los aplausos de la orquesta de Joe Quijano y ellos “los muchachos”, los “chachos de la película” como decíamos los barranquilleros en los años mozos, César y Dagoberto Hernández levantan los brazos en señal de victoria.

Fue apoteósico. Y de ese evento lo que quedó para la posteridad fue el mayúsculo, regio, espectacular duelo Pijuán-Coreano. I Shangó.

Corolario:

Me llama la atención cómo los establecimientos de ahora presuntamente de salsa pasan por alto a estos súper gigantes de la vibrante programación salsera que se pueda concebir como son: Chicho Eljach -Pijuán-; Gabriel Llerena Pastrana y Dagoberto Hernández.

Ahí les dejo esa inquietud a los jóvenes del centro nocturno Barrio Abajo que, me cuentan, están en buena hora, en la tónica de contextualizar un establecimiento con los auténticos y vibrantes sones de la salsa.

 

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