Autor: Ariel Antonio Palomino Velandia
Girón está ubicado en un piso térmico que se denominan “Tropicales”, con formaciones vegetales de temperaturas superiores a los 24° C, donde crecen árboles fabulosos y corpulentos entre los que sobresalen los caracolíes, gualandayes, ceibas, guamos y yarumos.
Cinco siglos después de la conquista española, aparece la gran urbe soñada por los primeros vecinos de Girón, ciudad fundada en la época colonial, de calles empedradas y antiguas casas.
En tiempos prehispánicos, el territorio en mención fue el hábitat de sociedades aborígenes Yariguíes, que habían desarrollado formas adaptativas al piedemonte y al medio lacustre en un medio fronterizo en la montaña santandereana de la población indígena Guane, que se hallaba concentrada al sureste de Girón, en pequeñas aldeas ubicadas sobre terrazas aluviales de los cañones profundos de los ríos Chicamocha y Suárez.
Periódicamente los Guanes se desplazaban a pisos térmicos diferentes como los de Girón, con el fin de diversificar la producción agrícola y aprovechar los cambios climáticos en los econichos de su vecindario.
Los vecinos del río de Oro eran los Yariguíes hasta que los españoles fundaron a Girón. La conquista española se estableció definitivamente por medio de continuas apropiaciones de los recursos económicos indígenas de la región y de la expansión política y religiosa, bajo la figura jurídica de la Encomienda.
La Corona Española pretendía un nativo vasallo, cristianizado y tributario en las actividades mineras y de prestación de servicios domésticos. Cuando los indígenas escasearon en el vecindario de Girón se trajeron esclavos negros.
Los españoles que se establecieron en Girón, contaron con mano de obra indígena Guane que estaba concentrada en el resguardo de Guaca y en el resguardo de los indios del pueblo de Bucaramanga. En 1559 hubo una rebelión en el territorio de Girón de los indígenas que eran esclavizados en el río de Oro, constituyéndose en el último alzamiento de los Guanes contra la hueste conquistadora.
Los aborígenes Guanes sucumbieron en el encuentro con el europeo mientras sus vecinos Yariguíes, acudieron a una tenaz resistencia la cual se llevó a cabo en el contexto de la consolidación de un espacio de dominación en la montaña santandereana por la hueste conquistadora y en el establecimiento del gobierno colonial.
A los Yariguíes se referían los colonos españoles que fundaron a Girón como “Salteadores del río grande y que impedían la saca de oro en esta tierrá ́. Su resistencia a la ocupación y saqueo de su territorio en las cercanías del río de Oro, ocurre desde 1559 hasta 1631.
La actividad de guerra en las comunidades Yariguíes fue uno de los rasgos más sobresalientes de la estructura social y política de la etnia. Su resistencia obliga a la Corona española a destinar grandes recursos económicos y humanos para someter y exterminar a los aborígenes, lo que trajo consecuencias nefastas a la sociedad indígena que, a la llegada de los españoles, gozaba de un exitoso proceso adaptativo a los ecosistemas del piedemonte y del extenso valle interandino.
El pueblo de los Yariguíes tenía una agricultura bien planificada y bien elaborada, a partir de un conocimiento concreto de los ciclos climáticos en los diversos tipos de suelos y pisos térmicos.
Diestros en el arte de la guerra en la selva húmeda tropical y en los parajes lacustres como lo narra un soldado de la hueste conquistadora, quien cuenta que en el enfrentamiento, los Yariguíes tenían una manera de comunicarse entre ellos muy singular “fingiendo a las veces cantos de aves y otros sonidos y aullidos de animales, costumbres muy usadas entre estos indios y en que ponen extraordinario cuidado para entenderse. Esto lo hacían con tanta propiedad que parecían al vivo los animales que representaban sin que jamás español –ninguno- ni indio amigo pudiese entendeŕ ́.
En el territorio de los Yariguíes las concesiones de “baldíos” y adjudicaciones de tierras se remontan a la época del empresario germano Geo von Lengerke, a quien le adjudican 10.000 hectáreas para abrir caminos de herradura que comunicaran a Girón con la Ceiba, por la banda oriental del río Sogamoso.
Los caminos construidos en el siglo XIX por el alemán, en el vecindario de Girón, fueron asaltados por los últimos Yariguíes sobrevivientes de los “safaris de indios” ́ de la época colonial y republicana; despojo y persecución que se perpetúa con el empresario europeo quien solicita permiso al gobierno de Santander para organizar un ejército privado y aniquilar a los indígenas, porque le estaban impidiendo el comercio de exportación e importación por la única vía que existía hacia el Magdalena.
A los Yariguíes nunca se les reconoció como pueblo originario, tampoco se les respetaron sus derechos, por más resistencia armada que en el transcurso de los años esgrimió contra los colonialistas en su territorio.
Sufrieron desde la llegada de los españoles un proceso de violencia indiscriminada, que se convirtió en un instrumento de dominación hasta su completa desaparición en siglo XX con la presencia de las multinacionales del petróleo en su territorio ancestral.