Autora: Blanca Inés Prada Márquez
El próximo sábado primero de noviembre me uniré espiritualmente a Brittany, la joven estadounidense de 29 años, muy valiente, que ha decidido acabar con su vida libremente debido a un cáncer terrible que atacó su cerebro y la destruirá en menos de seis meses.
Su decisión ha dado pie a que se desarrolle un debate a nivel mundial sobre LA EUTANASIA, un tema del cual se debería hablar mucho más, porque entre los derechos que todos tenemos y defendemos está EL DERECHO A MORIR DIGNAMENTE.
Como todos saben en mi familia y entre mis amigos, yo soy defensora de la EUTANASIA ACTIVA y celebro que esté aprobada en Colombia aunque muchas personas no lo sepan, ni se haya hecho su reglamentación.
Esbozaré algunas reflexiones:
1. La vida es algo maravilloso, es un regalo pero no de Dios sino de nuestros padres. En efecto, nadie pidió nacer, fueron nuestros padres quienes decidieron darnos la bellísima oportunidad de vivir y por ello siempre les estaremos muy agradecidos, pero la vida nos pertenece, somos nosotros quienes debemos administrarla y por supuesto tratar de administrarla muy bien.
Si Dios fuera el dueño de la vida, quien la quita cuando quiere y de cualquier manera, ese Dios sería un ser terriblemente cruel cuando se lleva a tantos niños cuya vida todavía no ha dado sus frutos, cuando permite catástrofes donde mueren tantas personas, cuando no le quita el arma a los criminales y sí les permite asesinar a diestra y siniestra, cuando permite las guerras, en fin cuando permite que algunas personas pasen años y años sumidas en una cama atormentadas por enfermedades incurables, sufriendo y haciendo sufrir a los demás.
Es una pena que muchos creyentes cuando dicen que Dios es el único dueño de la vida no piensen en la mala imagen que presentan de su Dios.
2. Siempre he sido una defensora de la EUTANASIA, pero sé que es un tema muy complejo, difícil, espinoso, porque tenemos que meternos con algo a lo que todos le tenemos miedo: LA MUERTE.
Por otra parte los defensores de la EUTANASIA no proponemos que se aplique para todo el mundo, ni para todos los viejitos, ni para todos los enfermos. —NO—. Sólo solicitamos que en aquellos casos en que hay personas sufriendo muchísimo, su enfermedad es incurable y además no tienen problemas de conciencia y le ha manifestado al médico su deseo de recibir una ayudita para terminar con ese calvario, que el médico pueda hacerlo con toda tranquilidad sabiendo que no ha cometido ningún delito.
Aunque a veces pienso que se debería aplicar la eutanasia también a aquellas personas que caen en enfermedades terribles donde se pierde la conciencia, cuando el cerebro ya no funciona, o en casos de degradación total como en el mal de Alzheimer.
Si esta persona no lo ha expresado que la familia pueda hacerlo, solicitarle una ayudita al médico, y que las EPS con toda responsabilidad puedan autorizarlo.
3. Considero que es absolutamente necesario hacerle PEDAGOGIA al tema de la muerte, al tema de la EUTANASIA, esto es, al tema del derecho que todos tenemos de “morir dignamente”.
Sería bueno que muchas personas se afiliaran a la asociación DERECHO A MORIR DIGNAMENTE, una asociación sin ánimo de lucro que lucha porque a ninguna persona, en particular a aquellas que sufren enfermedades gravísimas e incurables, se les someta a tratamientos inútiles e inhumanos, que sólo sirven para hacer sufrir al paciente, a la familia y para llenar de plata a las empresas prestadoras de salud.
El tema de la muerte no debería ser un tabú, menos en un país donde hay tanta gente que muere en manos de los violentos. Deberíamos hablar más de la MUERTE, y prepararnos para recibirla con alegría, eso sí, después de haber realizado con entusiasmo nuestro proyecto.
Como bien dice el filósofo Heidegger; “Somos seres para la muerte”. Por otra parte hay que reconocer que la muerte es un insondable misterio.