Autor: Alejandro Duarte Rueda
Como afirma el Dr. Walter Riso, eminente psicólogo argentino, escritor y conferencista, de lo que se trata es de quererse a sí mismos.
“Nuestra cultura no acepta el quererse demasiado. Nuestra civilización inculca principios como el respeto al ser humano, el sacrificio, la expresión del amor, el buen trato, la comunicación, pero estos principios están dirigidos al cuidado de otros.
Si una persona expresa amor para con los demás es calificada como una “excelente persona”; si las personas se autoelogian producen rechazo y fastidio, el hecho es que la sociedad nunca reconoce lo propio sino lo de los demás; aprendiendo a base de la evaluación ajena que de la autoevaluación”.
“Desde pequeños se nos enseña el autocuidado como cepillarnos los dientes, bañarnos, comer, pero no se nos enseña a querernos, a gustarnos, a contemplarnos ni confiar en nosotros mismos. La imagen que tenemos de nosotros no tiene que ver con herencia, nosotros mismos la formamos.
Un aspecto interesante para señalar es que las personas con problemas son demasiado duras con la autocrítica y blandas cuando critican a otra gente. En cambio los sujetos que muestran una buena autoestima, se protegen siendo más suaves a la hora de autoevaluarse. Un acto de suficiencia en beneficio propio”.
Entonces, si queremos llegar a tener un buen concepto de nosotros mismos, hay que ser concientes que la autocrítica es buena y productiva si se hace con cuidado. “Las personas que entran en un sistema de autoevalución inadecuado dicen: “Soy torpe”, en vez de decir “me comporté torpemente”, adquiriendo así un autoconcepto negativo. Sin embargo es necesario mantener niveles de exigencia personal moderada para ser competentes”.
Podemos concluir afirmando que las personas que hacen solo del éxito un valor, están andando mal. Los grandes pensadores afirman que la felicidad quizás no está en ser el mejor hijo, la mejor mamá o el mejor papá, sino intentarlo de manera honesta y disfrutarlo mientras se avanza hacia la meta.
Mi compañero de luchas y gran amigo, Humberto Guarín Gómez, publicó también en CORREveDILE un artículo interesante que quiero invitar a mis amigos a leer, haciendo clic aquí...